Hermitage

hermitageEn pleno corazón de San Petersburgo encontramos el Palacio de Invierno, hoy convertido en el famoso Museo Hermitage.

Famoso por su arquitectura barroca rusa de mediados del siglo XVIII, época en la que dieron inicio las primeras colecciones del museo, la historia del Hermitage comienza con el zar Pedro I el Grande, cuando adquirió varias obras de arte, entre las que se encontraban piezas de Rembrandt. Sin embargo, el nacimiento oficial del museo está datado en 1764, cuando un comerciante berlinés envió más de doscientos cuadros a Catalina II como pago de una deuda. La emperatriz decidió entonces que su colección no sería superada por las de otros monarcas, y comenzó a adquirir casi todo lo que se vendía en las subastas de arte europeas.

En la actualidad, el Hermitage atesora más de dos millones y medio entre obras de arte y objetos culturales procedentes de Europa y Oriente, desde las épocas más antiguas hasta el siglo XX.

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El nombre “Hermitage” (ermita, en francés), se debe a la emperatriz Catalina II, ya que en su origen se trataba de un espacio reservado únicamente para ella y sus criados, aunque en la actualidad el museo está abierto al público y anualmente lo visitan cerca de dos millones y medio de personas.

Sus galerías albergan numerosas obras de los maestros del Renacimiento italiano, de la pintura flamenca y del Impresionismo francés, así como la mayor colección de pintura española que puede encontrarse fuera de las fronteras de España.

El museo, distribuido a lo largo de cinco edificios, fue en su origen el Palacio de Invierno, construido para la zarina Isabel I por Bartolomeo Rastrelli. Posteriormente remodelado por otros arquitectos internacionales, el palacio posee una planta cuadrada con tres patios interiores, su fachada está decorada en blanco y verde y presenta hermosos ornamentos dorados.

El primero de estos cinco edificios es conocido como El Teatro del Hermitage. Tiene forma de anfiteatro clásico y sus muros interiores están cubiertos de mármol artificial rosa y amarillo, con columnas corintias entre las que podemos ver las estatuas de Apolo y las Nueve Musas.

El Pequeño Hermitage se encuentra al lado del Palacio propiamente dicho y se trata de un hermoso edificio de dos galerías, con mosaicos decorativos, enrejados dorados y fantásticas arañas de cristal. En este edificio se encuentra una maravilla de la mecánica: el famoso reloj conocido como El Pavo Real.

El Viejo Hermitage y el Nuevo Hermitage fueron edificados ex profeso para albergar obras de arte, y guardan en su interior una gran colección de piezas admiradas mundialmente, desde arte prehistórico hasta artes decorativas, pasando por obras de la antigua Grecia, Roma, pintura y escultura de Europa Occidental… Se dice que si una persona dedicara un minuto para contemplar cada obra, tardaría cuatro años y medio en verlas todas.

San Petersburgo y el Hermitage. Es imposible entender el museo sin la ciudad y viceversa. Un destino imprescindible para los aficionados al arte y la cultura.

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A lo largo de nuestra excurción , usted podrá admirar libremente la fabulosa colección del Museo Hermitage, que cuenta con dos millones setecientas mil obras de arte, entre las que catorce mil son cuadros (en su mayoría de la Europa Occidental), once mil esculturas, dos mil piezas de numismática (una de las colecciones de este género más ricas del mundo), sin olvidar el arte decorativo: muebles, lámparas, tapices y otros objetos.

La colección del Hermitage es la tercera en cantidad de obras de arte expuestas, por detrás del Louvre de París y del Museo Británico y la Galería Nacional de Londres.

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